Ante todo, tengo hacia el Dr. Cubrías un profundo agradecimiento por sus profundos conocimientos en medicina y por su grandísima calidad humana. Durante más de tres años acudí periódicamente a la consulta del Dr. acompañando a mi madre, la cual padecía una grave enfermedad. Desde el primer momento sentimos que una cosa era la enfermedad y otra el enfermo y que cada uno tiene sus peculiaridades que lo distingue del resto de pacientes. Durante el período de tratamiento la calidad de vida de mi madre mejoró a unos niveles impensables recibiendo los tratamientos adecuados para cada caso y la información precisa de la evolución de sus dolencias. Descubrimos que el Dr. Cubrías es uno de esos profesionales que aportan valor a cuanto hacen y que, lejos de una visión tradicional en la que se ataca el síntoma despreocupándose de la raíz de la enfermedad, integra lo mejor de cuanto se va descubriendo en el mundo de la sanidad. Mi profundo reconocimiento profesional y personal a esta gran persona.
Estuve ayer por primera vez en la consulta del doctor Cubrias, después de estar treinta años dando tumbos de especialista en especialista, sin ningún resultado, quiero decir que enseguida me capto lo que tenía, ahora a empezar con su tratamiento, me encanto su forma de explicar las cosas, creo que tenemos un genio en Tenerife.
Hola, Me gustaría contar mi experiencia personal sobre los efectos de la vitamina C endovenosa durante el tratamiento de quimioterapia al que me sometí por una recidiva de un cáncer de ovario. En octubre del pasado año en una revisión rutinaria me detectaron un aumento en los marcadores tumorales y una lesión en el hígado. El diagnóstico era una recidiva del cáncer de ovario del que fui operada hace 5 años. Desde esa época seguía un tratamiento ortomolecular con el Dr. Cubrías, quien inmediatamente me prescribió que empezase con la vitamina C endovenosa a razón de dos sesiones por semana. De esta manera me prepararía para la operación de hígado a la que tenía que someterme, para mi recuperación de ésta y para la posterior quimioterapia que tenía que seguir. Bajo su supervisión comencé con el tratamiento endovenoso de vitamina C. La primera evidencia de sus beneficiosos efectos la tuve durante el postoperatorio: la cicatrización fue más rápida, no se infectó ningún punto de sutura ( fueron 54), el estado general de mi organismo era óptimo, tanto que los médicos se asombraban de lo bien y rápido que evolucionaba. En cuanto estuve más recuperada, retomé mi tratamiento de vitamina C con la finalidad de prepararme para los efectos secundarios que conlleva la quimioterapia. Yo ya había pasado por esa experiencia y sabía bien qué consecuencias tenía. Pero todo fue completamente diferente desde la primera sesión. Las náuseas fueron mínimas y sólo las sufría unos pocos días. No tuve nunca vómitos ni el sabor metálico que tenía en la boca durante todo el tratamiento la vez anterior. La bajada de defensas no me produjo otros efectos secundarios que ya había sufrido la otra vez como la aparición de herpes zóster. Aunque los glóbulos rojos bajaron no tuve que recibir ninguna transfusión como ya me había pasado anteriormente. Mi estado general era muchísimo mejor y aunque bajé un poco de peso no perdí nunca el apetito.Otra diferencia muy grande que percibí fue que el cansancio no fue tan grande como con la primera quimio. Era asombroso sentir cómo los efectos secundarios se veían reducidos al mínimo ayudándome muchísimo en este duro proceso. Desde aquí quiero mostrar todo mi agradecimiento al Dr. Cubrías y su equipo por haberme recomendado encarecidamente este tratamiento de vitamina C endovenosa a pesar de que a veces por el estado de mis venas lo hacía un poco complicado. Quiero contar mi experiencia particular, deseando que sirva para ayudar a otros enfermos. Mª Jesús Pérez Barbuzano
Un trato familiar en lo que lo único que importa es la persona sin mirar el tiempo para llegar al foco que produce la enfermedad y poder sanar al máximo. Soy una persona completamente renovada, viviendo en calma y armonía con mi cuerpo ya casi sin dolor y malestar. Nunca podré agradecérselo lo suficiente. Lo único que me hubiera gustado es encontrarle antes. 100% recomendable.
Desde hace alrededor de cuatro años mi familia y yo somos pacientes del Dr. Cubrías. En varias ocasiones he puesto la salud de mis hijos en sus manos y sus diagnósticos han sido tan acertados como rápidas y altamente eficaces sus prescripciones. En un momento muy crítico con el asma y la alergia de mi hija la combinación que hizo el Dr. Cubrías de un tratamiento médico convencional con suplementos nutricionales y naturales fue lo que literalmente le salvó del colapso. Hoy mi hija no padece asma y en muy puntuales ocasiones tiene manifestaciones alérgicas.?Personalmente me trato con él el hipotiroidismo crónico que padezco: una deficiencia que está extremadamente subvalorada por la clínica convencional y que tantos trastornos me ocasionaba hasta que me valoró el Dr. Cubrías. Pero lo que más apreciamos en esta familia es la capacidad humana del Dr. Cubrías. Siempre atento y a la escucha. Nosotros vivimos en Alemania y en cada urgencia, a la hora que haya sido, el doctor ha estado al habla. Su preocupación y atención característica como persona ha hecho que el seguimiento de la urgencia no sea una carga para él. El Dr. Cubrías es lo que realmente se llamaba -y por desgracia se ha perdido- "el médico de la familia".
Mi familia y yo llevamos ya muchos años de tratamiento con el Dr. Cubrías por diversos motivos. Estamos simplemente encantados y nuestro día a día ha cambiado. Mi hijo tenía un problema de alergias importante que sólo ha podido ser remitido con la medicina ortomolecular y una correcta alimentación, todo ello advertido y prescrito por el Dr. Cubrías; además, su capacidad de concentración ha aumentado sobre manera (de pequeño tenía déficit de atención) tras la detección del problema y el tratamiento adecuado por parte del Dr. Cubrías. En el caso de mi hija, su problema de dermatitis seborreica se ha mitigado sobremanera. Los dermatólogos nos transmitieron que ese tema no tenía solución. Gracias al Dr. Cubrías, que nos encauzó en la vía de la correcta alimentación y nutrición, con los complementos adecuados y un diagnóstico certero y cercano que pudimos entender, el problema se ha controlado de forma absoluta. En el caso de mi esposo, tenía una "bomba de relojería" dentro sin saberlo; ferritina elevadísima y según los análisis clínicos habituales, todo se veía "normal". El buen ojo clínico del Dr. Cubrías permitió detectar un caso clarísimo de "inflamación silenciosa", un peligro andante que padece mucha gente. El Dr. Cubrías advirtió que el valor ferritina no era normal, prescribió los análisis precisos para detectar si existía el riesgo y, detectado éste, lo trató y lo hizo desaparecer y todo con, sobre todo, la prescripción de la dosis adecuada de omega 3. Mi esposo no ha vuelto a saber lo que es un problema de circulación o de trombos. En mi caso, soy una absoluta defensora de la medicina que practica el Dr. Cubrías, y de que existen otras vías para solucionar los problemas distintas a los fármacos habituales. Podría contar mi propia experiencia, tanto desde el punto de vista de la salud como desde el punto de vista del antiaging (es una maravilla ver día a día como, tras el tratamiento del Dr. Cubrías, tienes mayor vitalidad, tu piel brilla, rejuveneces...); o la a de mi sobrino diabético que ha reducido sobremanera las dosis de insulina diaria después del seguimiento del Dr. Cubrías, la de familiares con obesidad o problemas de tensión y/o colesterol, y la de tantísimos amigos y conocidos a los que he remitido a él y para los que, desde entonces, existe un antes y un después. No debemos olvidar lo importante que es tener un médico tan cercano, con tan buen ojo clínico, enorme conocimiento científico y pasión por la medicina y la ayuda al prójimo, cualidades todas que definen al Dr. Cubrías. Tenemos suerte, mucha suerte, de contar con este especialista en nuestra Isla
Me llamo Ana Pérez Estévez. En 2007, con 46 años, fuí diagnosticada de una enfermedad autoinmune poco común, llamada Churg- Strauss. A partir de ese momento quedé afectada por una multineuritis asimétrica. Fuí tratada con el protocolo que hay para está enfermedad (corticoides y ciclofosfamida). Me salvé de milagro pero a partir de entonces mi vida se convirtió en una auténtica lucha diaria. Dolores y calambres en pies y manos. Continuas entradas a urgencias en los primeros años.En invierno no he podido estar en el exterior mucho tiempo por la tarde por la humedad. En verano si hay calima (polvo) en el aire, tenía que estar en el interior con un purificador de aire. Al final acababa teniendo que elevar los corticoides con los consiguientes efectos secundarios.Al mismo tiempo para controlar los dolores neurológicos tenía que usar Lyrica, la cual me hacía ver moverse las rayas de las baldosas o ver los espacios de diferente tamaño según el día.Tanto los corticoides como la Lyrica no ha habido medio de llegar a bajarlos.En cuanto los bajaba empezaba a tener flemas,agotamiento y el asma empeoraba una barbaridad. Al final tenía que desistir porque acababa con comienzos de bronquitis, teniendo que recurrir incluso a antibióticos para volver a la normalidad.También la Lyrica llegó a un límite donde ya no podía bajar porque empezaba a dejar de dormir y aumentar dolor en los pies y manos.Todos los internistas con los que consulté me decían que el protocolo era pasar hacia algún inmunosupresor oral. A mi con lo que había leído sobre este tipo de medicamentos y dada la edad que tengo no me parecía una solución aceptable.Cuando ya estaba pensando que no habría otra posibilidad, un familiar me habló del Dr. Cubrías.Utilizando una máquina llama Esteck Complex encontró los fallos de funcionamiento de mi cuerpo incluso a nivel celular.Empecé a ponerme sueros de vitamina C intravenosa, cambios en dieta sustanciales(eliminación gluten y caseina) así como productos naturales.Después de un mes bajó corticoides de 9 mg de Zamene a 6 mg. Empecé el tratamiento en marzo, ahora ha llegado el verano y el polvo. Por primera vez en 6 años he salido y no ha pasado nada. Los corticoides siguen en 6 mg y la Lyrica tampoco existe, no teniendo calambres y durmiendo bastante bien.La rigidez en manos y pies ha disminuído y aguanto caminando bastante tiempo Era una persona sin futuro y ahora empiezo a verlo.Creo que tengo todavía mucho más margen de mejora y posible mantenimiento sin corticoides
Mi nombre es Manoli Moya y mi marido Daniel y yo somos los padres de Daniel, un niño de 17 meses que tiene problemas neurológicos, todavia sin diagnostico claro. Hace seis meses que acudimos a la consulta del Doctor Cubrías, ya que nadie nos ofrecía un tratamiento para los problemas de nuestro hijo y en muy poco tiempo hemos observado como Daniel ha mejorado muy rápidamente, y como sigue avanzando día a día, cosa que nos esperanza enormemente, es por ello, por lo que queremos compartir nuestra experiencia con todos aquellos padres, que puedan estar en una situación como la nuestra y además agradecer al Doctor su implicación, cariño y gran profesionalidad
Diagnóstico: Adenocarcinoma mucinoso de apéndice cecal pT4bN1Mx, o lo que es lo mismo, tumor cancerígeno con metástasis. Así comienza esta breve síntesis de mi testimonio, con el fin de contribuir a esclarecer el embrollo que rodea esta temible palabra. A mis cuarenta y dos años, sin antecedentes familiares, sin hábitos nocivos, en resumen, fuera de toda estadística recibo la noticia. Tras un periplo de aproximadamente tres meses de visitas y pruebas médicas sin encontrar la razón del malestar cada vez más agudo, afortunadamente tras una operación de urgencia puedo hoy estar aquí para relatarles esta vivencia. Con una arriesgada primera intervención quirúrgica, ya que existía una aguda obstrucción intestinal, y sobrellevando el impacto inesperado del diagnóstico, nos enfrentamos a un periodo de seis meses de quimioterapia preventiva. Totalmente asustada, debilitada y desorientada... pero con la fe y esperanza por bandera, acudo a la consulta del Dr.Cubrías, intentando encontrar una guía en medio de la avalancha de desinformación alrededor de esta enfermedad. Me considero enormemente afortunada porque encontré un doctor y una clínica que, a pesar de ser unos "guerreros sin armas", luchan por y para el paciente, aplicando métodos y tratamientos con resultados probadamente favorables. De su mano, en conjunción con las duras sesiones de quimioterapia, aplicamos vitamina C endovenosa, nutracéuticos, un trato médico-paciente adecuado... y así he conseguido remontar y tener calidad de vida. No estaría completa la historia de esta etapa de mi vida, sin añadir que durante un control rutinario atravesando la antepenúltima sesión de quimioterapia, descubrimos que el cáncer se había extendido de manera alarmante. No me extenderé explicando mi situación en ese momento (desnutrición, fatiga, estrés,), de esta manera me enfrento a una segunda cirugía denominada HIPEC, en términos sencillos: eliminar vesícula, apéndice, matriz, parte del intestino, tejido abdominal, ganglios, para posteriormente lavar la zona con quimioterapia a altas temperaturas... Una cirugía relativamente reciente que sólo se realiza a personas con determinados requisitos ya que es muy arriesgada. Determinado de antemano por la Divina Providencia, supero este trance y empiezo de nuevo ocho ciclos de quimioterapia. Las acertadas directrices de la Clínica Cellmedik con la aplicación de la denominada Medicina Integrativa (Bioquímica-Ortomolecular- Clínica) que, a modo de resumen, consiste en la aplicación de vitaminas, minerales, oligoelementos, corrección de hábitos alimentarios,… consiguieron, sin ningún género de dudas, que mi maltrecho organismo soportara tanto física como mentalmente esta situación (debilidad, mareos, graves cefaleas, sofocos, ansiedad,...). A día de hoy continuo con estas pautas médicas y he visto mejoras que, sinceramente, no creía posibles. Insisto en ello, no debemos dejar de lado la denominada medicina convencional, pero es un trágico error ignorar o rechazar probadas alternativas complementarias. Mi caso es un claro ejemplo de ello.
Deseo manifestar mi gratitud al Dr Jorge Cubrias Morales y a su equipo. Soy Antonia Homsi, en febrero 2014 me diagnostican cáncer de colon, en marzo me operan y en mayo comienzan a darme la quimioterapia. Mi preocupación por los efectos secundarios de la quimio despertó en mi la necesidad de buscar un médico q me ayudara en este proceso. Es cuando una amiga me recomienda al Dr ya que ella tiene un familiar y le a ayudado muchísimo. Mi agradecimiento es inmensa, los síntomas fueron leves con respecto a los efectos que debía haber tenido, gracias a la aplicación de la Vitamina C y los nutraceuticos. Los valores de las analíticas eran muy buenas, no fallé ninguna, y con respecto a esto, les cuento que mi oncóloga que no sabia lo que yo estaba haciendo, me dice: si un médico oncólogo ve estas analíticas nunca diría que recibes quimio. Hoy en día tengo bastante energia, las manos y pies dormidos ya no los tengo, mi cabello esta creciendo rápidamente, la falta de memoria la he mejorado muchísimo. Como médico es excelente, dinámico transmite energía, alegría, seguridad, de una calidad humana inigualable. La verdad es que me ha ayudado muchísimo y gracias por SER lo que ES. Yo lo llamo el Mago Merlin !!Todo lo Transforma"" Igualmente quiero dar gracias a su equipo. Realizan su trabajo con profesionalismo, amor y dedicación, una atención excelente. ETERNAMENTE GRACIAS.